lunes, 1 de diciembre de 2008

Street style

Me encuentro sentado en Boston Common (un parque ubicado al centro de la ciudad) disfrutando del viento frío y entumecedor soplando contra mi cara. Miro fijamente a un grupo de ardillas correr de un lado al otro (en México es poco común verlas correr tan libremente sin que alguien se las quiera comer) mismas que sinicamente se burlan de los inexpertos cachorros mientras estos hacen un esfuerzo vano en atraparlas; la situación me provoca soltar una carcajada, lo que me hace ganar la atención de propios y extraños, por lo que yo sin aspiraciones de saltar al estrellato y decidido a seguir disfrutando tranquilamente de un fin de semana soleado (una anomalía en una de las semanas más frías del año) giro mi cabeza y enfoco la mirada al infinito, evitando así cualquier posible confrontación visual.Permanezco sentado en mi lugar, el viento sigue soplando y yo sigo mirando al infinito, situación que me hace percatar la peculiar mezcla racial que caracteriza a Boston (una ciudad para turistas y estudiantes) un punto de convivencia cultural, lleno de tribus urbanas que en el éxodo del día a día se desplazan en grupos, balanceando sus cuerpos y ropas al desplazarse, luchando contra la adversidad del clima, al mismo tiempo que se mantienen en guardia, listos para ver y ser vistos.
Me doy cuenta que para entonces me he convertido en un cazador furtivo en territorio bostoniano, y que desde mi lugar (primera fila, por supuesto) veré luchar a los transeúntes, quienes a la usansa antaña se hacen notar por lo rasgos distintivos de sus atuendos: por una lado los que emulan las creaciones que se muestran en las mejores revistas de moda (o un aparador de Neuberry St., una calle donde se encuentran las boutiques de renombre en Boston), también están los fieros ejecutivos, quienes vestidos sobriamente en "blanco y negro" contrastan con el brío y la juventud de el "street-style" que hace su aparición decidido a tomar por sorpresa a sus adversarios; una mezcla de vestigios de la cultura Hip-Hop y graffiti (que cobraran fuerza por allá de los años ochenta) encantan al enemigo cuando transitando de un punto "A" a un punto "B" pretenden pasar desapercibidos, aún cuando bien saben que la articulación de su estilo perspicaz termina por convertir en espectadores a la muchedumbre restante: las tribus asiáticas han hecho acto de presencia, y sin miedo de tomar riesgos, visten una mezcla de colores y texturas (imposibles para la mente occidental) herederos de la tradición "New Tribe" emiten un mensaje claro al público presente, no resta mas que observar...




1 comentario:

Puebla Chic dijo...

la cultura oriental, me parece fascinante, mucha gente los asocia con timidez o una cultura sumisa, pero en cuanto uno entra en contacto con ellos es como un soplo de inspiracion destellante que no deja de emerger...